Tal como lo describió un antiguo anuario andino, “El Puntiagudo es el volcàn más enhiesto y empinado de todo el sur de Chile; su abrupta silueta se corta en el azul del cielo como una aguja que horada las nubes”(1). Aunque en ese entonces había todavía mucha cordillera por conocer hacia el sur, la descripción sigue siendo cierta para una buena parte de la cordillera entre la zona central y el extremo sur de Chile.
El espectacular volcán es flanqueado por el tupido bosque valdiviano, que en los alrededores del Puntiagudo destaca por sus renovales de alerce y mañíos, gigantes helechos, tepas, ulmos y quilas. Fauna típica de estos bosques incluye pumas, pudúes, zorros, chingues y picaflores, entre otros esquivos habitantes. El volcán es visible desde la mayoría de los lagos de la región, siendo el Rupanco el que más asociamos al Puntiagudo y su entorno, por su cercanía.
Denominado por Fray Menéndez (1) como Vanhuenmedi o Vanguenma (lamentablemente no contamos con información acerca del significado de estos nombres), a fines del s. XVIII, el Puntiagudo, un antiquísimo volcán extinto (su última erupción data de abril de 1930), fue el Dequiñcheu (2) de los huilliches o Tripaicura (3) de los araucanos.
El volcán es clasificado como estrato-volcán del pleistoceno y se reconoce en él la marcada erosión de tipo glaciar. La cumbre, como la conocemos actualmente, perdió parte importante de su agudez durante el terremoto de 1960 (increíblemente, el volcán era más "puntiagudo" de lo que lo conocemos hoy día).
El Puntiagudo es una montaña técnicamente interesante. En primer lugar, cuenta con una larga aproximación que se inicia a una altitud media de 200m, por la que se deben cruzar densos bosques, por los que es f'acil perder el sendero. En cuanto a las condiciones de la ruta de ascensión (una vez superada la aproximación) estas varían notoriamente a lo largo del año.
En verano, cuando el tiempo es más estable, se presenta con sus glaciares reducidos, largos acarreos y el torreón superior como una ruma de ladrillos. La roca descompuesta dificulta la colocación de cualquier tipo de seguro.
Durante la larga temporada invernal, en cambio, se presenta cubierto de nieve desde su base, con interesantes formaciones de hielo en su parte superior (coliflores, cascadas). Como es usual en la región, existen además escasas ventanas de buen tiempo durante el invierno. No obstante, tal vez la mejor época para intentar su ascensión es a fines de éste, entre la última quincena de agosto y la primera de septiembre, cuando es posible encontrar ventanas de buen tiempo y durante la cual las lluvias declinan bastante y las temperaturas son más bajas, lo que mejora las condiciones de la nieve.
Ascensiones
El Mattherhorn chileno, como lo llama Evelio Echevarría (4) , es una de las cumbres más difíciles del sur en el sentido andinístico. Tanto así, que se ha creado abundante mitología en torno a las formaciones de hielo de su cumbre y a las distintas expediciones y ascensiones en él realizadas.
De los primeros intentos por escalarlo se conocen los tres que realizó sin éxito Federico Reichert (DE) a partir de 1912. En el primero alcanzó la base de las rocas que conforman el torreón final, lo que habría motivado, probablemente, el comentario de Reichart sobre el volcán: “modelo de volcán en ruinas”. En los dos posteriores buscó, sin éxito, nuevas vías para alcanzar su cima en compañía de Friedrich von Erckert (DE) e Ilse Von Rentzell (DE).
El 8 de septiembre de 1937 el suizo Herman Hess y el joven Rodolfo Roth, ambos del DAV (Club Andino Alemán) de Osorno, ingresan por el Lago Todos Los Santos al Fundo Puntiagudo, al sur del volcán. Desde ahí consiguieron la primera ascensión absoluta a la antigua cumbre. Sin embargo, durante el descenso un resbalón provocó una caída de unos 200m en el glaciar este, la que provocó la muerte del joven Roth. El cuerpo de Roth fue rescatado el 18 de abril del año siguiente por el Dr. Otto Meiling (DE) y Herber Wechler (DE). En memoria de Roth se bautizó a uno de los cinco miles de la cordillera central, en el cajón del Olivares (el cerro Roth, 5335m).
En 1945 se realizó un nuevo ascenso, esta vez por el lado poniente, a cargo de Ernst Hoffmann, Jorge Köster y Werner Hohf, todos chilenos.
El primer ascenso en solitario fue realizado por Hans Blindhuber (CL) en 1947; el primer ascenso femenino fue realizado por Dorly Marmillod (CH), en 1955.
Hasta la década de los ‘70 se tiene información de un total de 10 ascensiones absolutas, entre las que destacan la del estadounidense Douglas Tompkins, en compañía del canadiense Yvon Chouinard y la de 1974, por Alejandro Contreras (CL), un socio del DAV y un montañista suizo.
Entre las ascensiones absolutas se encuentran dos expediciones realizadas durante el año 2006. Una de ellas corresponde a la primera ascensión en una sola jornada realizada por Andrés Zegers (CL) y Juan Henríquez (CL), quienes en sólo 17 horas, “car to car”, escalaron por las canaletas de la cara este del volcán. La segunda fue realizada el 16 de septiembre del 2006 - por la arista noroeste - por la joven cordada de montañistas osorninos formada por Cristián Baumeister Casteblanco (Osorno), Pilar Cabrera Medina (Santiago) y los hermanos Matías Andrés (Osorno) y José Miguel Potthoff Pugin (Osorno).
Info :
“Volcán Puntiagudo”, http://www.andeshandbook.cl
Colaboración de José Miguel Potthoff Pugin
www.huellandina.com
jm@huellandina.com
Colaboración de José Miguel Potthoff Pugin
www.huellandina.com
jm@huellandina.com
Para mas referencias visitar:
ResponderBorrarpuntiagudo.wordpress.com