Tiene una altura de 2652 metros y su imponente rasgo cónico, se levanta majestuoso al lado opuesto de la ciudad de Frutillar, de la cual, sólo las transparentes aguas del Lago Llanquihue lo separan. Su inactividad volcánica se prolonga ya por más de un siglo y cuarto. En sus faldeos existen refugios que permiten en el invierno la práctica del esquí y los deportes blancos. En verano, con el derretimiento de la nieve, reaparecen las fisuras volcánicas que hacen del excursionismo un peligroso deporte, si no se toman en cuenta todas las condiciones necesarias para la práctica de esta disciplina.
Se ubica a casi 60 kilómetros al Noreste de Puerto Varas. Su gran altura hace que pueda divisarse desde toda la provincia de Osorno, hasta incluso en algunos lugares de la Isla Grande de Chiloé, con lo cual se constituye en una postal imponente y típica del paisaje de la región.